Y su mirada, que antes pudo ser amenazante, que antes fue exigente, con el paso de los años se ha convertido en un privilegiado lugar, un sitio donde pocos han estado, la mejor imagen de esa voz que ahora es cálida y rebosante de paz, una voz que sin quererlo es la música de una historia en la que solo yo soy el protagonista.
¿Quién me hubiese dicho hasta dónde ibas a ser capaz de llegar?
Pude encontrarme por solo un instante desnudo en medio de un lugar rebosante de humo, cargado de voces, borracho de vida, pero… daba igual, yo no sentía miedo, ni estaba asustado, si tu mirada era fija, porque devorabas en mi imaginación cada pensamiento como solo la mente inquieta e impertinente de un niño podría hacerlo.
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Miradas…sólo escuchar la palabra ya te llena de sensaciones. Y es que quizá sea cierto que son el “espejo del alma”, pero, además, es increíble el efecto que puede tener una mirada en otra persona.
ResponderEliminarPara mi, lo mejor de las miradas son esos momentos en los que no se habla, sólo se mira a esos ojos que te cautivan hasta el punto de evadirte del mundo, y no hace falta nada más que dejar pasar el tiempo.
Es verdad, la mirada es el espejo del alma, y las miradas que lo dicen todo sin decir a penas ni una palabra son las mejores. Miradas complices que te llevan a un mundo especial solo para dos...se cual es esa sensación, y me meteria en ella para y por siempre
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